Sé distinto, sé humano: cómo construir una marca que conecte
Si hay algo que he aprendido como experta en storytelling, copywriting y marketing digital, es que la voz de tu marca no se improvisa: se construye. No sirve copiar palabras rimbombantes ni emular al competidor con más seguidores. La voz de marca funciona cuando refleja quién sos, qué ofrecés y cómo hablás con la gente que te importa. Por eso hoy te invito a pensar la voz de tu marca como el acto más estratégico y humano de tu comunicación.
Primero: dejar de buscar aprobación en lo que hace la competencia. «Ser diferente a tu competencia» no es un eslogan vacío: es la forma más rápida de volverte memorable. Si todos hablan con el mismo tono neutro y las mismas frases, tu público hará scroll. Diferenciarse no siempre significa ser estruendoso; puede ser amable, claro, con un humor sutil o con una honestidad directa. El punto es que tu voz se perciba única y coherente.
Hablar «como hablás» con tu público es la regla de oro. Piensa en una conversación real: ¿cómo explicarías tu producto a un cliente en la mesa de un café? Esa es la voz que deberías trasladar a Instagram, LinkedIn, tu web y los correos. Cuando tus textos suenan naturales, disminuye la distancia entre marca y persona; cuando suenan forzados, aumentan la desconfianza. Traduce tu manera de hablar: palabras cotidianas, pausas, pequeños giros locales si tu público los entiende.
Un error común es confundir cercanía con improvisación. Tener un tono cercano no significa escribir cualquier cosa. Significa tener reglas claras: ¿usás «tú» o «vos»? ¿Incluirás emojis? ¿Qué nivel de formalidad es aceptable? Define esos límites y documentalos. Eso transforma la autenticidad en consistencia —y la consistencia es la que construye reconocimiento y confianza a largo plazo.
Contar historias es la forma más efectiva de hacer que tu voz cale. Usa micro-historias: el porqué detrás de un producto, el momento en que entendiste que cambiabas la vida de alguien, la falla que te enseñó una lección. El storytelling no requiere novelas; requiere verdad y estructura: situación, conflicto, pequeño aprendizaje y cierre. Siempre que podés, convierte tu propuesta en relato.
Adapta el lenguaje al canal sin perder la esencia. Instagram exige ritmo visual y frases cortas; LinkedIn admite análisis y reflexiones más largas. ¿Significa cambiar tu voz? No: significa modularla. Mantén la misma personalidad —la misma postura, valores y humor— y ajustá la forma. Un post de LinkedIn puede ampliar la historia que en Instagram contaste en 3 líneas.
Haz una auditoría de la competencia con ojos de antropólogo, no de imitador. Anotá cómo se expresan: palabras recurrentes, tipos de llamadas a la acción, niveles de formalidad. Luego, contrastalo con cómo hablás vos y con lo que te gustaría que dijeran de tu marca. Ahí está la oportunidad: copia lo que funciona, mejora lo que funciona mal, y evita replicar lo que sólo genera ruido.
Define 3 pilares de voz: por ejemplo, cercano, profesional y claro. Cada mensaje que publiques debería poder alinearse con esos pilares. Si un copy rompe con uno de ellos sin una razón estratégica (humor, campaña puntual), replantealo. Estos pilares son tu brújula cuando necesites tomar decisiones rápidas: un tweet, una respuesta en comentarios, un guion de reel.
Práctica la verosimilitud: usar anécdotas reales, lenguaje cotidiano y ejemplos concretos. Evitá el exceso de jerga técnica si tu público no es experto. Y si tenés que usar términos técnicos, explicalos con analogías sencillas. La claridad vende: no confundas a quien te sigue con demostraciones de erudición vacía.
Mide y ajusta: la voz es viva. Observá qué publicaciones generan conversación, cuáles generan DM y cuáles se ignoran. No es un experimento de una sola vez: es un diálogo con tu audiencia. Usa esos aprendizajes para afinar vocabulario, ritmo y formatos; mantén la coherencia, pero permite la evolución.
Ejemplo práctico: si tu competencia usa frases impersonales como “En X brindamos soluciones”, prueba algo distinto: “Soy Laura y ayudamos a emprendedores a vender más sin perder su esencia”. La diferencia es inmediata: la segunda opción humaniza, ubica a un hablante y habla directo al lector. Eso es “ser diferente” y “hablar como hablás”.
Para terminar: crear una voz auténtica es un trabajo deliberado que mezcla estrategia y valentía. No pierdas tiempo tratando de gustarle a todo el mundo; construí una voz que enamore a tu público ideal. Si querés, puedo ayudarte a definir tus pilares de voz, redactar un manual corto de estilo y preparar ejemplos listos para usar en Instagram, LinkedIn y tu web. ¿Empezamos?

You may also like

Back to Top